lunes, 9 de noviembre de 2009

El golf, un deporte en desarrollo

El golf ha tenido un crecimiento sostenido durante las últimas dos décadas, que comenzó a mediados de los 90 con un proceso de renovación promovido por la Asociación Argentina de Golf (AAG) tanto para el alto nivel como para los jugadores amateurs.
En relación a lo último, desde 1990 hasta la fecha ha crecido en un 90% la cantidad de jugadores con hándicap nacional, y la cifra ya llega hasta casi 50.000, pero a pesar de este gran incremento, la AAG, a través del proyecto “Acércate al golf”, que va a tener como figura principal a Ángel Cabrera, ganador del último Master de Augusta, buscará aumentar la base de personas que practiquen este deporte.
Para lograr esto, los interesados, que no deberán haber jugado antes al golf, tendrán 5 semanas de clases gratuitas y los palos serán facilitados por los clubes en los que se ponga en práctica el programa.
Mark Lawrie, director ejecutivo de la AAG, explicó que “la idea es usar la imagen de Cabrera, como icono del éxito para acercar, después el trabajo es del club que lo quiere hacer socio. De esta forma el golf va a crecer, pero si no mejoramos la accesibilidad va a ser muy difícil que lo haga.”
Mientras que para los jugadores que compiten nacional e internacionalmente se buscó que no todo quede librado al talento de los mismos, sino que el éxito sea producto de un trabajo diario. Con este objetivo se creó la Escuela de Golf de la AAG en 1995, a la que asisten los golfistas de alto nivel y ha dado varios muy buenos resultados, como el Mundial Juvenil por Equipos que se consiguió por primera vez este junio.
Este proceso, que fue el comienzo del gran momento actual, tuvo un gran quiebre a principios del milenio cuando se trajeron expertos de afuera para enseñar a los instructores de la Escuela a transmitir sus conocimientos. Gracias a todos estos cambios hoy en día Argentina es una de las potencias latinoamericanas en el golf.
Lawrie opinó que “hay una tarea que te permite llegar a eso y mucho tiene que ver el tener una estructura e institución sana y solvente, que funcione todo el tiempo, todos los días”.

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